miércoles, 26 de noviembre de 2008

El cuerpo del actor

Un actor en situación de representación frente a un público, constituyen el teatro en lo que tiene de insustituible y permanente: el hecho vivo, corporal, que transcurre en un tiempo real ante el espectador.
El teatro puede prescindir de escenario convencional, de escenografía que lo ocupe, de texto preescrito, de toda clase de efectos y hasta del director pero si da el paso de prescindir de la presencia del viva actor, desaparece como teatro.
Es el actor, su cuerpo (que es su ser), quien hace la lectura del texto dramático literario o lo crea desde su propia fantasía: el teatro es un arte corporal, porque es en el cuerpo del actor donde aquél vive y llega al espectador, orientándose la interpretación desde impulsos corporales y formando al actor en que es de donde surge la acción, la afectividad, el pensamiento y la palabra

jueves, 7 de agosto de 2008


"Nuestra proposición utópica de que existe un arte del actor descansa en que nada humano es ajeno al corazón de un actor. El actor está llamado a transitar el camino de una insólita generosidad: de llegar a amar mas a aquello que el personaje ama que lo que el actor ama. Tendrá que poder gozar y sufrir el dolor de su personaje, y esto no es posible si el actor no descubre que no hay nada verdaderamente humano ajeno a su corazón"
Palabras de Luis de Tavira aaa sus alumnos del CEDRAM 18 de abril de 2007 12:00 a.m.

EL JUICIO FINAL




El Juicio Final fue financiado por el programa Iberescena, el cual resultó de la XVI Cumbre iberoamericana de jefes de estado y de gobierno, realizada en Montevideo, Uruguay, en el año 2006.
Asimismo, el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes participaron en esta propuesta escénica.
La dirección corrió a cargo del colombiano Juan Monsalve,director de la agrupación: Teatro de la Memoria. Se efectuaron algunos ajustes a la idea original del religioso español llegado a la Nueva España en el proceso de conversión de los indígenas al catolicismo, “proponemos cambiar en la obra el contexto histórico y religioso del siglo XVI a uno del siglo XXI, con un pensamiento multicultural y pluriétnico”.
Y es que si bien se mantiene la idea de la realización de un juicio para determinar el castigo a los pecadores, el montaje ha incorporado otros aspectos de corte vanguardista, y hasta ha promovido la amalgama con otras tradiciones teatrales, “se trata de una propuesta que oscila entre la vanguardia y distintas expresiones artísticas de profundas raíces milenarias, como es el caso de la llamada danza butoh, practicada en Japón desde hace siglos, y que el director de montaje incorporó en la puesta en escena”, sostuvo Castilla. Igualmente, han incluido las ideas de teóricos teatrales “revolucionarios”, como Stanislavsky, Brecht, Artaud, Grotowsky, Brook y Barba, con lo que se tiene una obra híbrida; además, la música y el vestuario también tienen un corte contemporáneo.