jueves, 6 de agosto de 2009

El cómic en escena

La escena siempre me ha parecido el sitio mejor puede caber la fantasía. A mí por lo menos me decepciona ver una superproducción teatral que recrea con verismo nuestra sociedad; preferiria ver esa inversión monetaria , mundos que no podría concebir en la estrechez de un teatro ; quiero ver dragones , planetas que colisionan hombres lobos y esas clases de universos. Creo que el manga, el comic y el cine son artes que me invitan mucho a pensar en el teatro y viceversa. Siempre he querido ver adaptaciones imposibles de éstos sobre el escenario. Estoy convencido que en el cine basta que el actor sea verosímil, pero en el teatro se le exige que sea , al menos, un coloso. La proporción de hombre entre la escena y la cámara es enorme. Por eso creo que en el tablado los hombres deben verse y sentirse de modo mípico, épico, y de ahí la importancia de plantar sobre la escena a grandes mitos y superhéroes. Acciones más grandes que la arquitectura que las contiene. Ahí está la dinamita del teatro. Que siempre explota más allá de los límites estrechos que la realidad concreta impone. La proporción del teatro lo rebasa todo : no cabe en una toma, en una viñeta, en un cuadro, en el márfil, en la escena; porque siempre se expande por encima de estos. Es el grano de maíz que nunca avisa cuando explotará en palomita que desborde el contenedor.

Palabras de Richard Viqueira en entrevista con Jaime Chabaud